La vendimia del 2013 se caracterizó a lo largo de su ciclo por una primavera especialmente lluviosa, muy adecuada después de un 2012 muy seco, y seguida de un verano muy caluroso. El verano comenzó con temperaturas más bien bajas y tardó en hacer acto de presencia, dándose un inicio de maduración más bien frío que luego se equilibró y se vio afectado por las lluvias próximas a las fechas de vendimia. Esta climatología requirió alargar el ciclo para completar la maduración hasta el 14 de octubre. La vendimia desde esa fecha requirió de 17 días de vendimia manual ininterrumpidos, caracterizado no sólo por la habitual selección exhaustiva en la mesa de entrada a la bodega sino por una extremada selección en el viñedo que garantizó la sanidad de la uva y un estado de maduración óptimo, con muy buena acidez y el equilibrio propio del resto de añadas en Pago de Carraovejas