El tapón de corcho en Pago de Carraovejas y Ossian
Continuando con nuestra preocupación por mejorar y seguir evolucionando en la línea de la calidad, un elemento más de nuestro progreso y seguimiento diario es el tapón de corcho. Es por ello, que uno de los proyectos dentro de nuestro departamento de I+D+i al que más atención dedicamos y que se viene haciendo desde el año 2011, se centra en el estudio y el control de los mismos.
Este proyecto surge por la preocupación sobre las posibles desviaciones organolépticas derivadas del propio tapón de corcho que puedan ocasionarse en los vinos de guarda. El impacto de las manchas negras y verdosas que de forma natural aparecen en el tapón de corcho, el análisis físico-químico de los tapones y la incidencia de la densidad y la fuerza de extracción son algunas de las variables estudiadas.
Estos últimos parámetros afectan a la permeabilidad con lo que el control de los mismos influirá en una correcta y homogénea evolución del vino durante su etapa de crianza en botella. (Una permeabilidad excesiva podría provocar aromas oxidativos, así como una total ausencia de la misma provocaría aromas reductivos, azufrados).
Para ello, la bodega junto con la corchera Cork Supply y el laboratorio de José Armendáriz iniciamos ya hace más de 5 años una serie de estudios para conocer más acerca de este elemento tan esencial y primordial de nuestros vinos.
Ya en el año 2012 comenzamos con el seguimiento y control de ciertas botellas, encorchadas con tapones de corcho de características conocidas, tales como la densidad y la fuerza de extracción, para controlar si se observaban diferencias notables en la cata de los mismos. Tres años después se volvieron a controlar esas botellas de la misma manera que se hizo en el 2012. Para ello se realizaron varias catas con el personal técnico de bodega e incluso nos acompañaron responsables de las cocheras y del laboratorio especializado.
Se trata de catas largas y complicadas con 80 vinos, divididos en 4 bloques diferenciados, dependiendo de las distintas densidades y fuerzas de extracción, para comparar organolépticamente las posibles diferencias.
Este estudio sirve de complemento al minucioso trabajo realizado en bodega de forma continuada para la selección y compra de los corchos naturales que utilizamos para nuestros vinos en cada añada. Nuestra finalidad se centra en minimizar cualquier problema que pueda ocasionar una alteración organoléptica en el vino. Para ello se ha establecido un riguroso control de calidad determinado por un estricto protocolo de compra y que consiste en el muestreo y cata de los corchos recibidos para comprobar que los lotes cumplen el alto nivel de calidad que estamos buscando y que exigimos a las corcheras con las que trabajamos.
En total, para Pago de Carraovejas y Ossian, nuestro equipo técnico analiza anualmente entorno a 8.000 corchos en los que además de una cata organoléptica, donde se busca la ausencia de defectos tales como el TCA (tricloroanisol, compuesto responsable del conocido “gusto a corcho”) y también se controlan aspectos como longitud, diámetro, densidad, fuerza de extracción, humedad, capilaridad, presencia de defectos, etc. ya que nuestra responsabilidad, desde el compromiso adquirido por asegurar la máxima calidad en nuestros vinos, nos lleva a controlar al máximo todos estos parámetros.
Como resultado de todos estos controles, nuestro proceso de embotellado, realizado cada año en los meses de abril-mayo para evitar las máximas temperaturas de los meses posteriores, asegura una perfecta conservación de nuestros vinos y cumple el objetivo de lograr la máxima excelencia en todos los procesos de campo, bodega y gestión.