Poda en seco en Pago de Carraovejas
Durante el invierno, una falsa sensación de quietud inundan las doscientas hectáreas que conforman nuestra viña. Solo el ajetreo de los viticultores en las laderas del valle interrumpe el silencio de la jornada. La poda en seco ocupa la mayor parte de las labores en el viñedo.
Muchos son los objetivos que se persiguen al realizar esta poda y, contrariamente, al saber popular que rezaba que “hasta un burro puede hacerlo” es una labor más compleja de lo que pudiera parecer a priori. Siguiendo nuestra filosofía de mejora continua, este año hemos optado por hacer un especial hincapié y redoblar esfuerzos en cuidar aquello que más valoramos: nuestra viña. Para ello nos hemos rodeado de algunos de los mejores especialistas en poda del mundo: Simonit & Sirch, que nos acompañarán durante todo el ciclo de la vid.
Madera viva en la poda en seco
Una de las funciones principales de la poda tiene que ver con la definición de la futura cosecha pero, también, con buscar un equilibrio óptimo en la fisiología de la planta. Además, al realizar una poda adecuada y proporcionada prolongamos la longevidad de las cepas y podemos evitar ciertas enfermedades de la madera. La poda de invierno en Pago de Carraovejas busca fomentar la madera viva, evitando conos de desecación y facilitando en todo el momento el tránsito de la savia dentro de la planta. Un viñedo sano y equilibrado es el mejor secreto para obtener una materia prima de calidad por lo que nuestra labor se centra en buscar parcelas de mejora en todas y cada una de las labores que realizamos a la hora de elaborar nuestros vinos.